El Cementerio de Disidentes fue durante 30 años el único lugar disponible en Chile para sepultar a quienes profesaban religiones diferentes a la católica. Comenzó a funcionar en 1825, cuando la ciudad, previa autorización de las autoridades santiaguinas, vendió una hectárea de terreno al Reino Unido para construir un camposanto alternativo. Su estética, dominada por mausoleos de mármol blanco, recuerda los cementerios ingleses.
Declarado Monumento Histórico en el año 2005.
Dirección: Dinamarca 217.